Perdido en la nadidad de mí mismo, como uno que en la oscuridad de la noche nada ve, siento la serena quietud de tu Silenciosa Presencia contemplando, el devenir de mis impermanentes formas que ignoran su...transitoriedad.
Ayer, allí... tras de aquel pupitre de quinto curso en la escuela que te vio correr, saltar y comenzar a mirar con emoción, aquella niña que te sonreía...
Ayer, allí...en el jardín del parque de tus juegos a la salida del colegio...
Ayer, allí...Ahora y aquí... muy dentro de ti,
puedes encontrar todavía, si quieres, la mirada limpia del niño que fuiste, del niño que...eres...